Existen diferentes tipos de láser que pueden tener aplicación en odontología y pueden ser utilizados con diferentes fines como prótesis, odontología conservadora, estética y cirugía.
No todos los láseres producen los mismos efectos ni el mismo láser va a provocar el mismo efecto en los distintos tejidos de la cavidad bucal.
Existen dos grandes grupos de láseres en función de su potencia:
- Láser de baja potencia: tienen acción bioestimulante, analgésica y antiinflamatoria.
- Láser de alta potencia: generan efectos físicos visibles y se emplean como sustitutos del bisturí frío o del instrumental rotatorio convencional.
Los efectos que un láser provoca en los tejidos será distinto según la temperatura alcanzada, y pueden ser los siguientes: hipertermia transitoria, desecación, coagulación, vaporización y carbonización.
Los principales usos del láser en cirugía bucal son los siguientes:
- Frenillo labial superior, inferior o frenillo lingual.
- Exéresis de papilomas, fibromas, diapneusias, mucoceles, angiofibromas, hiperplasias fibrosas, épulis, granulomas y angiomas.
- Gingivectomía y alargamiento coronario.
- Vestibuloplastias con injerto o de cicatrización por segunda intención.
- Exóstosis de torus mandibulares o palatinos.
- En cirugía periapical para legrado, ostectomía, apicectomía o realización de cavidades retrógradas.
- En implantología para segundas fases o tratamiento de mucositis periimplantarias.
- Odontosección y ostectomía en extracción de dientes incluidos.
- Para exéresis de lesiones premalignas siempre que se haya realizado un informe anatomopatológico previo.
En función del tratamiento que vayamos a realizar usaremos un tipo de láser u otro, ya que cada uno tiene unas indicaciones concretas y no debemos estandarizar el empleo de un único láser para los distintos resultados que queramos conseguir.