Internet ha abierto un inabarcable abanico de posibilidades en lo que a la compraventa de cualquier tipo de producto que podamos imaginar se refiere. Los productos sanitarios y los medicamentos no se encuentran al margen de esta práctica con el riesgo que puede suponer para nuestra salud. En el caso del sector odontológico la venta online de blanqueadores, férulas, alineadores o pulidores, que en la mayoría de las ocasiones no cuentan con las garantías mínimas necesarias para su comercialización, está en aumento.
Según información facilitada por el COEM (Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de la 1ª Región) “los productos no han sido sometidos a ningún control de calidad, por lo que no son aptos para su comercialización en la Unión Europea. Además, son tratamientos que deben ser administrados exclusivamente bajo el control y supervisión de un profesional, dentista colegiado, ya que, de otro modo, son susceptibles de causar daños en la salud de las personas”.
Conocer el estado de nuestros dientes y encías previamente a la administración de cualquier producto o a la realización de cualquier tratamiento es indispensable, así como estar al tanto de la existencia de cualquier patología que podamos ignorar. De esta manera, la intervención de un profesional es fundamental antes de tomar una decisión. Solo de esta manera el paciente contará con todas las garantías de seguridad y éxito del tratamiento.
Respecto a la legalidad sujeta a este tipo de comercio, la venta vía internet de estos productos se limita a aquellos que no requieren prescripción médica. Es evidente que existen tratamientos que el paciente puede aplicar fuera de la consulta, pero siempre es aconsejable el seguimiento por parte de un profesional cualificado que sea capaz de identificar situaciones análogas y asegure el resultado del mismo.
Pero el riesgo no sólo se encuentra en las compras por Internet. Hace unos meses el propio COEM alertaba de la venta de un set de pulido dental en un conocido supermercado.
El propio funcionamiento del set (con un exceso de revoluciones) llegaría a quemar el diente, algo que puede ocasionar una pulpitis provocada por el calor que se transmite al nervio del diente provocando dolor y llegando, incluso, a tener que realizar una endodoncia en un diente sano.
El COEM a través de FACUA denunció a la cadena de supermercados donde se comercializaba exigiendo la retirada del producto.
Según la nota de prensa distribuida por el COEM “más allá del riesgo para los pacientes, la comercialización directa al consumidor de este tipo de productos transmite la idea al ciudadano de que él mismo puede diagnosticarse y tratarse con instrumental odontológico, exponiéndole a un riesgo innecesario”.
Sin duda, antes de dar el paso y comprar este tipo de productos y tratamientos es muy importante consultar con nuestro odontólogo de confianza.